Como
era de esperar, el “XIII Congreso Internacional de Energía y Recursos Minerales”
celebrado en el Palacio de la Magdalena, en Santander, ha servido de altavoz para alabar los beneficios
del fracking por parte de los
asistentes implicados en esta técnica.
Esta
defensa del fracking, entre otros aspectos, buscó neutralizar las palabras del
Presidente de Cantabria, Ignacio Diego, sobre su oposición a una “técnica sin certezas de inocuidad” y de paso a la ley que diferencia a Cantabria. Así, Juan Carlos Muñoz-Conde, vicepresidente de ACIEP, hacía hincapié en la antigüedad de la técnica, de más de 50
años, y aplicada en más de un millón
de ocasiones, buscando relacionarla con una aparente seguridad.
Simplemente
hizo un uso torticero del anglicismo fracking (fracturando, acción de fracturar).
De forma intencionada, sumó los métodos clásicos de estimulación de pozos de
hidrocarburos que implican procesos de fractura con la técnica de fractura hidraulica horizontal (conocida
popularmente como fracking), técnica diferenciada y aplicada
en E.E.U.U. desde 2005 y relacionada con aspectos polémicos recogidos en la literatura científica.
Ignacio
Diego milita en el PP, partido que nunca he votado. Ni por bueno ni por malo,
simplemente no coincido con su argumento ideológico. Pero en el momento de
decir esas palabras en el congreso, Diego no era sólo un militante, era el
Presidente de Cantabria y con un mayor o menor acierto, defendió la ausencia
del fracking en el suelo de todos los
cántabros.
Una declaración
tan dirigida, por parte del Sr
Muñoz-Conde y recogida en el Diario Montañes, sólo se entiende si buscaba dejar
al Presidente como un indocumentado ante el resto de sus conciudadanos.
Pero
el acoso al territorio, viene otra vez desde el Ministerio dirigido
por Soria. En la página web del Ministerio, se hace pública la petición
de otros ocho sondeos de exploración, esta vez en la localidad cántabra de
Valdeprado del Rio.
El
hecho de seguir tramitando permisos de exploración, en una comunidad que ha
desarrollado una ley para la prohibición del fracking , sólo es entendible desde la seguridad de que esta ley
será superada por el Gobierno central. Parecería que, después de una
didáctica fallida en lograr la aceptación ciudadana de la técnica, solo
quedaría la imposición de la misma a los cántabros y a su territorio.
Este
hecho, no quita que en el futuro podamos presenciar un nuevo intento de campaña informativa. Seguramente leamos,
en medios y con plumas afines al Gobierno, sobre los beneficios del fracking. Algunos, serán razonados y
necesitarán de un tiempo de lectura para una establecer una crítica sensata y otros serán
argumentos peregrinos, propios de los
tiempos mediocres que nos toca vivir.
Se
presenta un futuro incierto. Tal vez asistamos al inicio de la mayor
transformación del territorio que haya conocido Cantabria. Al contrario que los
campos de explotación de hidrocarburos clásicos, estos pozos avanzarán entre
nuestros prados y cerca de nuestras casas, provocarán desmontes, ocuparán nuestros caminos y alteraran nuestras vidas.
El
Gobierno central, de la mano de las empresas de shale gas, está concediendo permisos de exploración de forma
ininterrumpida y basándose en unas hipotéticas reservas de gas que
son cuestionadas por organismos internaciones.
Queda
la duda de saber si un futuro cambio de gobierno sería más receptivo con los
ciudadanos y con la integridad del territorio nacional. De hecho, ya se empieza
a pensar en encuestas y elecciones. El ciudadano debería estar atento al
posicionamiento de los diferentes partidos políticos en este aspecto y prestar
atención a lo escrito en los programas y ser más prudente con lo dicho. Y no
de uno, sino de todos, ya que un futuro gobierno podría antojarse de naturaleza
compleja.
Para bien o para mal, hay que huir de explicaciones ambiguas y exigir
posicionamientos decididos a nuestros representantes políticos, nos gusten o
no.
Seamos
opositores o defensores del fracking
es necesario que vayamos informados, que creamos en argumentos sólidos y
estemos convencidos. La transformación de territorio no tiene vuelta atrás.
Ninguna ley le podría devolver a su estado original.
En
tanto, el ministro Cañete, responsable de Medio Ambiente, se ha ocupado de
tramitar en el Congreso de los Diputados una ley medioambiental que agiliza los
trámites administrativos del fracking, generando dudas sobre su eficacia garantista
en el respeto del entorno.
De
momento, la Montaña, con lo único que
cuenta es con una ley de eficacia desconocida y con la firmeza y oposición de una parte de los cántabros a la realización de esta práctica.
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