lunes, 7 de octubre de 2013

Aumenta el cerco a Cantabria




Como era de esperar, el “XIII Congreso Internacional de Energía y Recursos Minerales” celebrado en el Palacio de la Magdalena, en Santander, ha servido de altavoz  para alabar los beneficios del fracking por parte de los asistentes implicados en esta técnica.

Esta defensa del fracking, entre otros aspectos, buscó neutralizar las palabras del Presidente de Cantabria, Ignacio Diego, sobre su oposición a una “técnica sin certezas de inocuidad” y de paso a la ley que diferencia a Cantabria. Así, Juan Carlos Muñoz-Conde, vicepresidente de ACIEP, hacía hincapié en la antigüedad de la técnica, de más de 50 años, y aplicada en más de un millón de ocasiones, buscando relacionarla con una aparente seguridad.

Simplemente hizo un uso torticero del anglicismo fracking (fracturando, acción de fracturar). De forma intencionada, sumó los métodos clásicos de estimulación de pozos de hidrocarburos que implican procesos de fractura con la técnica de fractura hidraulica horizontal (conocida popularmente como fracking), técnica diferenciada y aplicada en E.E.U.U. desde 2005 y relacionada con aspectos polémicos recogidos en la literatura científica.

Ignacio Diego milita en el PP, partido que nunca he votado. Ni por bueno ni por malo, simplemente no coincido con su argumento ideológico. Pero en el momento de decir esas palabras en el congreso, Diego no era sólo un militante, era el Presidente de Cantabria y con un mayor o menor acierto, defendió la ausencia del fracking en el suelo de todos los cántabros.

Una declaración tan dirigida, por parte del Sr Muñoz-Conde y recogida en el Diario Montañes, sólo se entiende si buscaba dejar al Presidente como un indocumentado ante el resto de sus conciudadanos.

Pero el acoso al territorio, viene otra vez desde el Ministerio dirigido por Soria. En la página web del Ministerio,  se hace pública la petición de otros ocho sondeos de exploración, esta vez en la localidad cántabra de Valdeprado del Rio.


El hecho de seguir tramitando permisos de exploración, en una comunidad que ha desarrollado una ley para la prohibición del fracking , sólo es entendible desde la seguridad de que esta ley será superada por el Gobierno central. Parecería que, después de una didáctica fallida en lograr la aceptación ciudadana de la técnica, solo quedaría la imposición de la misma a los cántabros y a su territorio.

Este hecho, no quita que en el futuro podamos presenciar un nuevo intento de campaña informativa. Seguramente leamos, en medios y con plumas afines al Gobierno, sobre los beneficios del fracking. Algunos, serán razonados y necesitarán de un tiempo de lectura para una establecer una crítica sensata y otros serán argumentos peregrinos, propios de los tiempos mediocres que nos toca vivir.

Se presenta un futuro incierto. Tal vez asistamos al inicio de la mayor transformación del territorio que haya conocido Cantabria. Al contrario que los campos de explotación de hidrocarburos clásicos, estos pozos avanzarán entre nuestros prados y cerca de nuestras casas, provocarán desmontes, ocuparán nuestros caminos y alteraran  nuestras vidas.

El Gobierno central, de la mano de las empresas de shale gas, está concediendo permisos de exploración de forma ininterrumpida  y basándose en  unas hipotéticas reservas de gas que son cuestionadas por organismos internaciones. 

Queda la duda de saber si un futuro cambio de gobierno sería más receptivo con los ciudadanos y con la integridad del territorio nacional. De hecho, ya se empieza a pensar en encuestas y elecciones. El ciudadano debería estar atento al posicionamiento de los diferentes partidos políticos en este aspecto y prestar atención a lo escrito en los programas y ser más prudente con lo dicho. Y no de uno, sino de todos, ya que un futuro gobierno podría antojarse de naturaleza compleja. 

Para bien o para mal, hay que huir de explicaciones ambiguas y exigir posicionamientos decididos a nuestros representantes políticos, nos gusten o no. 

Seamos opositores o defensores del fracking es necesario que vayamos informados, que creamos en argumentos sólidos y estemos convencidos. La transformación de territorio no tiene vuelta atrás. Ninguna ley le podría devolver a su estado original.

En tanto, el ministro Cañete, responsable de Medio Ambiente, se ha ocupado de tramitar en el Congreso de los Diputados una ley medioambiental que agiliza los trámites administrativos del fracking, generando dudas sobre su eficacia garantista en el respeto del entorno.

De momento, la Montaña, con lo único que cuenta es con una ley de eficacia desconocida y con la firmeza y oposición de una parte de los cántabros a la realización de esta práctica. 


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