Publicado en El País
Por Manuel Planelles
y Macarena Vidal Liy
30 de marzo de 2017
Pekín
y Bruselas están dispuestas a liderar la batalla contra el calentamiento pese a
la ausencia de EE UU
Desde que Donald Trump ganó las
elecciones —el mismo que calificó de "cuento chino" el cambio
climático— era evidente que EE UU ya no lideraría la lucha contra el calentamiento.
Esta previsión se confirmó el martes, cuando anuló la planificación
medioambiental de Barack Obama, que junto a China encabezó las negociaciones
para cerrar en 2015 el Acuerdo de París. A pesar de Trump, China y Europa están
dispuestas a seguir adelante y liderar esta batalla. Y, a pesar de Trump, no
todo está perdido dentro de EE UU en la lucha climática.
Los programas de la anterior
Administración anulados por Trump perseguían que EE UU pudiera cumplir con los
objetivos a los que se comprometió cuando firmó el Acuerdo de París: reducir
sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26% y un 28% para 2025
respecto a las de 2005. El comisario europeo de Acción por el Clima, Miguel
Arias Cañete, ha reconocido este jueves que, con la orden ejecutiva de Trump,
EE UU se queda sin las "principales herramientas" para cumplir esas
metas. "Deja claro que no alcanzarán sus objetivos", ha añadido desde
Pekín, donde se reunió con las autoridades chinas.
La Casa Blanca ha anunciado
este jueves que en mayo decidirá si sale o no del pacto de París. "Ya no
podemos esperar el mismo liderazgo de la Administración estadounidense",
sostiene Arias Cañete. Pero Europa y China seguirán "mirando hacia
adelante". El comisario ha reconocido el "momento crítico" que
se vive, por lo que la UE y China deben asumir el "liderazgo". Pekín
ha expresado categóricamente su apoyo al Acuerdo de París. "China no
cambiará su determinación, sus objetivos y política en materia de cambio
climático", dijo el martes el portavoz del Ministerio de Exteriores, Lu
Kang.
Por el momento, Bruselas y
Pekín han reactivado su diálogo sobre energía —paralizado desde 2013— para
aumentar su cooperación en redes de transporte energético, innovación
tecnológica, renovables e incremento de la eficiencia. Y, según Arias Cañete,
el cambio climático desempeñará un papel fundamental en la cumbre anual entre
la UE y China que se celebrará en junio en Bruselas.
China y la UE también se
fijaron objetivos de recortes en el Acuerdo de París, como los cerca de 200
países firmantes. Las reducciones previstas dentro de este pacto internacional,
que se aplicarán a partir de 2020, son voluntarias, es decir, cada Estado se
fija sus metas. La contribución de China —el país que más gases de efecto
invernadero emite— es bastante débil al compararla, por ejemplo, con la
europea. El argumento de Pekín es que ellos no figuran entre el grupo de países
occidentales que desencadenaron el problema del cambio climático tras décadas
de expulsar CO2. El compromiso chino es alcanzar en 2030 el pico de emisiones y
a partir de ahí reducirlas. Los analistas creen que ese pico llegará antes,
gracias al abandono del carbón y al avance de las renovables. Para 2025, según
un informe de la London School of Economics.
Compromiso
europeo
La meta de Europa —que desde
que EE UU abandonó en 2001 el Protocolo de Kioto ha encabezado los esfuerzos
climáticos internacionales— es de las más altas: una reducción del 40% en 2030
respecto a los niveles de 1990. Aunque en el seno de la UE hay tensiones ahora
que se está negociando el reparto entre los países de los esfuerzos y los
instrumentos para lograr el objetivo global. Suecia, Alemania y Francia, según
un reciente informe de Carbon Market Watch, presionan para que haya un
desarrollo ambicioso de las políticas climáticas. Mientras que otro bloque,
cuya cabeza visible es Polonia, rema en dirección contraria….
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