En
este 29 de marzo de 2013, foto de archivo, los trabajadores atienden una cabeza
de pozo durante una operación de fracturación hidráulica a las afueras de Rifle,
en el oeste de Colorado…
The Washington Times
Por Valerie Richardson
09 de julio de 2017
La
Comisión del Comité Científico acusa a Rusia de "guerra de propaganda
contra los combustibles fósiles"
Dos republicanos claves de la
Cámara de Representantes han pedido a la administración Trump que investigue si
Rusia está tratando de socavar la industria energética estadounidense
financiando el activismo ambiental como parte de una "guerra de propaganda
contra los combustibles fósiles".
El objetivo de Rusia es
"suprimir la adopción generalizada del fracking en Europa y los Estados
Unidos", según una carta al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, del
presidente del Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología, Lamar Smith, y del
subcomité de energía, Randy Weber.
"Si conectas los puntos,
está claro que Rusia está financiando a grupos medioambientales estadounidenses
en un esfuerzo por suprimir nuestra industria nacional de petróleo y gas,
específicamente la fractura hidráulica", dijo Smith, republicano de
Texas, en un comunicado del viernes.
"Ellos han establecido un
esquema elaborado que canaliza el dinero a través de compañías de Shell en
Bermudas", dijo. "Este esquema puede violar la ley federal y
ciertamente distorsiona el mercado de la energía de los EEUU . El pueblo
estadounidense merece saber la verdad y estoy seguro de que el secretario
Mnuchin investigará las acusaciones ".
Los republicanos dijeron que el
panel ya está supervisando "lo que parece ser un esfuerzo concertado de
entidades extranjeras para canalizar millones de dólares a través de varias
entidades sin fines de lucro para influir en el mercado energético de Estados
Unidos".
Ciertamente Rusia tiene un
motivo. La adopción generalizada de la fracturación hidráulica y la perforación
horizontal ha impulsado un auge energético en Estados Unidos que amenaza las
exportaciones rusas de petróleo y gas natural, que representaron el 68 por
ciento de los ingresos por exportación del país en 2013.
La carta señalaba informes de
que las entidades rusas podrían haber canalizado millones a través de una
compañía en Bermudas, Shell, Klein Ltd., a la Sea Change Foundation en San
Francisco, que a su vez ha proporcionado subvenciones a los grupos
anti-fracking como el Sierra Club y la Liga de Fondo para la Educación de los Votantes
por la Conservación.
Demostrar ese vínculo es otro
asunto. La carta reconoció que "el gobierno ruso y los partidos cómplices
han ejecutado una agenda política con poco o ningún rastro de papel".
"Al incorporarse en las
Bermudas, Klein no está obligada a revelar las identidades o países de origen
de sus donantes", dijo la carta.
Los ambientalistas han negado
enérgicamente la licitación de los oligarcas rusos. La directora legislativa de
Sierra Club, Melinda Pierce, denunció las afirmaciones de la carta como
"patéticas" y "difamaciones absurdas y falsas"…
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