El
Espectador
Redacción
24 de agosto 2017
Ministerio
de Ambiente permite el fracking en Colombia
Así
lo anunció la viceministra de Energía, Rutty Paola Ortiz. En las próximas
semanas se hará pública la ruta que deberán seguir los interesados en
desarrollar ese tipo de explotación hidrocarburos.
Dentro de unas semanas se conocerán
los últimos ajustes para que el fracking, o producción de petróleo y gas de
yacimientos no convencionales (YNC) tenga vía libre en nuestro país. Así lo
informó la viceministra de Energía, Rutty Paola Ortiz.
De acuerdo con las
declaraciones de Ortiz en el diario El Tiempo, el Ministerio de Ambiente ya
revisó y ajustó los lineamientos para “el desarrollo sostenible de este tipo de
hidrocarburos, en los cuales se usa el fracturamiento hidráulico en la roca que
los produce”. Estos lineamientos eran la último paso para dar el banderazo de
inicio a esta actividad en el país.
Son muchas las suspicacias y
preocupaciones que ha generado la llegada del fracking a Colombia. Por una
parte, está el Gobierno y las industrias petroleras, que aseguran que, al
implementar esta técnica, el país aumentará sus reservas de crudo en 3.000
millones de barriles.
De hecho, en un informe
publicado por la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros (Campetrol)
se estimó que los Yacimientos No Convencionales (YNC) son la salvación al
déficit de reservas al que hoy se enfrenta el país.
El afán es tal que, a pesar de
que todavía no había permisos ambientales, en 2016 se conoció que ya existen 43
bloques para explotar hidrocarburos mediante la técnica que consiste en fracturar
la roca madre, ubicada a kilómetros de profundidad, inyectando agua y químicos
que reemplacen allí dentro el petróleo o el gas contenido durante millones de
años.
La viceministra explicó que las
capacitaciones para los funcionarios de MinMinas se realizarán el 12 y 13 de
septiembre y que los términos de referencia establecidos por el Ministerio de
Ambiente pueden dejar tranquila a la comunidad, pues están basados en el
principio de precaución.
Entre ellos, señaló la
publicación, está la identificación previa de los riesgos ambientales y
sismológicos son identificados previamente, además de un sistema de sismicidad
que monitoree los posibles movimientos del subsuelo. Y es que, un estudio
publicado en la revista Science, reveló que el estado de Oklahoma, en Estados
Unidos, tras el inicio de esta actividad los sismos se dispararon en un 40%
respecto a años anteriores.
Además, dijo el Ministerio de
Minas, el reglamento ambiental exige planes para prevenir posible contaminación
de las aguas, así como para conservar los vertederos, uno de los puntos más
controversiales de esta técnica.
Y es que, de hecho, en 2016, la
Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos reveló que el fracking
tiene un efecto grave en la calidad y la disponibilidad de agua potable en ese
país. No solo por la gran cantidad de agua que requiere -se calcula que se
gastan 23 millones de litros al mes en un pozo-, sino porque puede contaminar los
mantos de agua subterránea con gas metano e inclusive, elementos radiactivos.
“No es cierto que se vaya a
competir con los nacimientos acuíferos. Por el contrario, se van a respetar los
volúmenes del líquido y sus cuerpos, ya que se tienen que proteger a la par con
el desarrollo de la operación”, dijo Ortiz.
En países como Francia,
Alemania, Austria, Suiza y Bélgica, hay fuertes restricciones (e incluso
prohibiciones totales, como en Francia) para el desarrollo de la actividad. En
Colombia, y en otros países latinoamericanos, ha sido propuesta como una
alternativa viable. En nuestro país, los lugares donde se encontrarían los
bloques para este tipo de explotación se sitúan, sobre todo, en Norte de
Santander, Santander, Cesar, Antioquia, Boyacá, Cundinamarca y Tolima.
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